Luis Rubiales promete seguir luchando tras la suspensión tras la dimisión de 11 entrenadores

Casi todo el cuerpo técnico de la selección femenina de España ha dimitido, citando la "actitud inaceptable" de Luis Rubiales, que prometió demostrar su inocencia tras su suspensión provisional como presidente de la Federación Española de Fútbol.

El sábado, 11 entrenadores y cuerpo técnico emitieron un comunicado conjunto en el que condenaron la conducta de Rubiales hacia la delantera Jenni Hermoso, seis días después de que la agarrara por la cabeza y la besara en los labios al final de la final del Mundial femenino.

"Los abajo firmantes, ante la inaceptable actitud y declaraciones del jefe de la federación, han tomado la decisión de dimitir de sus cargos", dice el comunicado.

El personal, que incluye a los subdirectores Montse Tomé, Javier Lerga y Eugenio Gonzalo Martín, además de la fisio Blanca Romero Moraleda y el entrenador de porteros Carlos Sánchez, también afirmó que les habían ordenado asistir al discurso de Rubiales el viernes. "Esto fue particularmente doloroso", añadió, "ya que muchas de las mujeres del cuerpo técnico fueron obligadas a sentarse en la primera fila", para sugerir que estaban de acuerdo con las declaraciones hechas por Rubiales, afirma el comunicado.

Las dimisiones dejan al controvertido entrenador del equipo, Jorge Vilda, cada vez más aislado, aunque rompió su silencio el sábado por la noche para criticar a Rubiales, calificando el beso de "inapropiado e inaceptable". En un comunicado publicado en Marca, Vilda afirmó: “Los hechos ocurridos desde que España ganó el Mundial femenino por primera vez en su historia… han sido un auténtico despropósito y han generado una situación sin precedentes, empañando un merecido triunfo de nuestra Los jugadores y nuestro país.

“Lamento profundamente que la victoria del fútbol femenino español se haya visto perjudicada por el comportamiento inadecuado que ha llevado a cabo nuestro hasta ahora presidente, Luis Rubiales, y que él mismo ha reconocido. No hay duda de que es inaceptable y no refleja en absoluto los principios y valores que defiendo en mi vida, en el deporte en general y en el fútbol en particular”.

La declaración conjunta de renuncia se produjo horas después de que la FIFA dijera que Rubiales sería inmediatamente suspendido “de todas las actividades relacionadas con el fútbol a nivel nacional e internacional” por un “período inicial de 90 días, en espera del procedimiento disciplinario” que se abrió en su contra a principios de esta semana.

El juez disciplinario de la FIFA, Jorge Palacio, dijo que "para preservar, entre otros factores, los derechos fundamentales" de Hermoso, a Rubiales también se le ordenó "abstenerse, por sí o por terceros, de contactar o intentar contactar" con ella y con quienes cerca de ella.

El comunicado también decía que se había ordenado a la Federación Española de Fútbol, ​​que anteriormente amenazó con demandar a Hermoso, que se abstuviera de contactarla a ella y a sus allegados.

La decisión de la FIFA se produjo después de un viernes tumultuoso en el que Rubiales, desafiante, se negó a dimitir y trató de presentarse como víctima, lo que llevó a Hermoso a subrayar que ella no consintió en el beso y al equipo femenino a anunciar que no participaría en el partidos nacionales hasta que la federación cambie de dirección.

La FIFA agregó que la decisión, que según Associated Press tenía suficiente alcance como para impedir que Rubiales tuviera contacto con otros funcionarios, fue comunicada a Rubiales el sábado.

La federación confirmó poco después que su vicepresidente, Pedro Rocha Junco, se convertiría en el presidente interino de la federación.

En un comunicado, agregó: “Luis Rubiales ha manifestado que se defenderá legalmente en los órganos competentes, tiene plena confianza en los órganos de la FIFA y reitera que, de esta manera, se le da la oportunidad de iniciar su defensa para que la verdad prevalece y se prueba su total inocencia”.

No hubo comentarios inmediatos por parte de la UEFA, donde Rubiales es vicepresidente, un puesto que conlleva unos ingresos anuales de 250.000 euros más gastos.

El comité de la FIFA dijo que no proporcionaría más información sobre el procedimiento disciplinario hasta que se tome una decisión final. No se dio un cronograma sobre cuándo se tomará esta decisión, que podría generar sanciones que van desde una advertencia hasta la suspensión.

La noticia de la suspensión de la FIFA fue bien recibida por muchos en España, después de días de alboroto que amenazaban con eclipsar los increíbles logros de La Roja. “Y finalmente alguien hizo algo”, escribió en Twitter Vero Boquete, jugadora descrita por The Guardian en 2018 como “la primera dama del fútbol de España”, ahora conocida como X.

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La presidenta de la Liga femenina de España, Beatriz Álvarez, dijo que cree que el revuelo marcará el final de la carrera futbolística de Rubiales.

“Luis Rubiales está acabado. Ha cavado su propia tumba con sus actos y sus palabras”, afirmó. “Ya sea por la acción de la FIFA o del gobierno español, estoy seguro de que Luis Rubiales no pasará ni un minuto más como presidente de la federación española”.

El sábado, el experto en fútbol británico Gary Lineker compartió la noticia de la suspensión de X con el mensaje “Por fin [Por fin]”, mientras que su colega experto Ian Wright criticó el “silencio de la UEFA”.

“Nada de solidaridad. No hay comentarios sobre el comportamiento de su vicepresidente”, escribió en X.

El entrenador de la selección masculina, Luis de la Fuente, emitió un comunicado condenando las acciones de Rubiales, un día después de que fuera visto ante la cámara aplaudiendo mientras Rubiales se negaba a dimitir y criticaba el "falso feminismo". “Quiero manifestar mi absoluto repudio a cualquier acto de violencia machista [sexista]”, dijo.

En gran parte de España, era imposible desenredar el beso no solicitado y el agarre de la entrepierna de Rubiales de la profunda división, que quedó al descubierto en los últimos años, entre el establishment del fútbol español y sus jugadoras.

El año pasado, 15 jugadores se negaron a jugar para el entrenador Jorge Vilda, quejándose de su táctica, métodos de entrenamiento y estilo de gestión. Vilda dijo que en el momento del boicot las acusaciones eran “injustas” y la federación de fútbol del país mantuvo su apoyo. Posteriormente regresaron tres jugadores y, durante el torneo, Vilda intentó desviar la atención de la disputa y centrarse en el fútbol.

En el centro de la disputa estaba el sentimiento de que la federación –dirigida por Rubiales– no creía realmente en el fútbol femenino.

Hermoso intentó contextualizar la conducta de Rubiales dentro de esta larga disputa en su declaración del viernes.

“Este tipo de incidentes se suma a una larga lista de situaciones que los jugadores venimos denunciando en los últimos años”, afirmó. “Este incidente es sólo la gota que colmó el vaso y todo el mundo ha podido verlo. Pero actitudes como ésta forman parte del día a día de la selección nacional desde hace años”.