Ignacio Gatica reifica las abstracciones del capitalismo global

En von ammon co, Washington, DC, el artista presenta esculturas multimedia y fotografías que se apropian del lenguaje visual del sistema financiero internacional.

De 1973 a 1990, el dictador Augusto Pinochet gobernó Chile con mano de hierro. Fue un experimento forzado de neoliberalismo, dirigido por una generación de jóvenes economistas educados en las teorías del libre mercado en la Universidad de Chicago y otras instituciones estadounidenses, una remodelación con la que los derechistas estadounidenses sólo podían soñar. Como me dijo el escultor multimedia Ignacio Gatica, mientras jugueteaba con una placa de circuito en la galería, 'Santiago es como un mini-Manhattan': una imagen especular inquietantemente distorsionada en la que sus peores lecciones (consumismo, deuda, financiarización de la vida diaria) son el evangelio. .

Esas conversaciones estuvieron en el centro de las protestas de Washington, DC de 2000 contra las políticas del FMI y el Banco Mundial que condujeron a la miseria de millones de personas en el Sur Global, racionalizadas por los burócratas como "ajuste estructural": el costo de hacer negocios. El Prefacio de Gatica a una estratosfera automatizada (2022) visualiza esa abstracción: apoyado contra la pared, un indicador LED como el que verías en Times Square, Nueva York, arroja datos en cascada como agua, un hermoso minimalismo ciberpunk. Pero no es un mero hecho. Según Gatica, estos dispositivos son difíciles de conseguir, por lo que construye los suyos propios con aluminio y acero, ensamblando conjuntos de circuitos para iluminar la pantalla. Su algoritmo, que simula una lista de deuda por país y como porcentaje del PIB (Kazajstán, por ejemplo, registró un sorprendente 99,6 por ciento) también es obra de Gatica.

Desde la década de 1950, Estados Unidos ha ayudado a establecer las reglas del sistema financiero internacional, pero su propia factura rara vez vence, gracias al estatus de reserva del dólar. En 2019, millones de chilenos salieron a la calle en todo el país para protestar contra esta desigualdad, lo que resultó en un nuevo presidente y un referéndum para reescribir la constitución nacional. A su regreso a Nueva York al año siguiente, Gatica sintió nuevas resonancias entre los dos países, ambos en llamas de protesta. Documentó lemas pintados en las paredes del bajo Manhattan y salpicados de barreras de madera contrachapada en calles desoladas. En Stones Above Diamonds (2020-23), los espectadores interrumpen los datos bursátiles que se desarrollan a través de una pantalla circular suspendida seleccionando tarjetas de crédito que representan escenas cuidadosamente dispuestas en un estante de metal cercano. Escanee la tarjeta y un eslogan – 'AÚN TE ESPERO MI LIBERTAD', se lee en uno – secuestra la transmisión, resucitando un rastro de esos meses extraños.

Mucho arte en estos días pretende tratar sobre el capitalismo tardío, pero las obras de Gatica cumplen: su elegante materialidad y su texto conciso hacen que lo difuso sea recientemente legible. Instalado discretamente en un espacio de galería post-industrial en la propia versión del SoHo de DC, revelan tanto el poder de las insulsas instituciones de la Avenida Pennsylvania para alterar el destino de millones con una hoja de cálculo como el espejismo de riqueza que la rodea. Ahora resultaba perturbador salir de la galería y encontrarse con exhibiciones de prendas de lujo hechas por trabajadores explotados en el otro lado del mundo. DC, no menos que Santiago, es vulnerable a ciclos sistemáticos de auge y caída, y los años de la COVID-19 en particular nos recuerdan que nadie está realmente aislado: debajo de superficies relucientes hay una aldea Potemkin de mala construcción y precariedad en el lado de la demanda. .

Aún así, hay una belleza genuina en el trabajo de Gatica, una transmutación inesperadamente cuidadosa del realismo capitalista y su cultura visual. Varias fotografías de tiendas abandonadas, como BALENCIAGA (620 Madison Ave, Nueva York, NY, 10022) (2023), se muestran como fotogramas tradicionales, enmarcadas en cajas de sombras de aluminio grabado para lograr un efecto elegíaco: Balenciaga nunca se vio tan bien. Mi obra favorita fue Fantasmas Terminal (2023), un pequeño lector de tarjetas de crédito, esa omnipresente interfaz financiera. Descansando en el suelo, parecía vulnerable, su triste exhibición recorría ocho minutos de escenas callejeras de Gatica. Aquí está funcionando la tradicional interferencia cultural: las fuerzas abstractas regresan a su materialidad sucia, reveladas como un artificio, un juego de manos.

Ignacio Gatica, ‘sujeto cuantificado: quantified subject’ is on view at von ammon co, Washington, DC, until 7 May.

Imagen principal: Ignacio Gatica, Stones Above Diamonds (detalle), 2023, cotización bursátil, datos financieros en vivo, pantallas LED, estructura de acero, tarjetas de crédito impresas, lector de tarjetas, estantes de aluminio, 2,5 × 2,5 m. Cortesía: el artista

Ian Bourland es crítico y profesor asociado de historia del arte en la Universidad de Georgetown, Estados Unidos. Escribe ampliamente sobre arte, cultura pop y estética, y ha publicado dos libros, Bloodflowers (Duke University Press, 2019) y Blue Lines (Bloomsbury, 2019).

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